Una pasión inteligente
(Lilian Neuman)
Empieza con un individuo que cae fulminado y, como
suele ocurrir en las intrigas criminales, se van sumando muertos. Hay momentos
de gran tensión, matones muy feos y una realidad -el trasfondo de la alta
gastronomía, el tráfico de productos exquisitamente nefastos- que se anuncia
tétrica. Y pese a todo lo dicho, esta lectura trasmite vitalidad, incita a
buscar y esforzarse para dar con lo mejor que ofrece la vida.
Tom Hillenbrand (Hamburgo, 1972) es periodista
y gourmand. En esta historia que empieza
con un crítico gastronómico de la guía Michelin que muere entre el primer y
segundo plato -¿recuerda el lector la misteriosa desaparición de un crítico suizo, visto por última vez en El Bulli?-, se retrata como un serio apasionado
por la cocina. Una pasión inteligente, con fundamentos.
La clave está en el protagonista: Cada tarde,
el chef Xavier Kieffer se sienta a tomarse un descanso en la terraza de su
encantador restaurante en una plácida esquina de Luxemburgo (y en el que ni
sueña que le caerá de cliente el aterrador crítico). Xavier es un tipo que
adora cocinar, con todo lo que ello
implica, desde la búsqueda y elección de materia prima desde primera hora de la
mañana al estudiado orden cuando se está en terreno de juego. Al mismo tiempo, odia el star system. Y eso que podría
estar jugando en la liga de los grandes.
Pero, como bien se sabrá más adelante, lo suyo no era dejarse la salud por una
estrella Michelin (vale la pena detenerse en el relato de sus experiencias como
cocinero de vértigo, así también en su vivaz descripción del servicio en un
banquete multitudinario). En otras palabras, tiene claro que hay formas más
inteligentes de cocinar y de vivir.
La librera y gastrónoma Montse Clavé elogia
esta novela tan verosímil, tan natural y tan cargada de buenos materiales. Asimismo,
para esta reseña se pidió asesoramiento a otra lectora criminal y excelente
cocinera (por qué no decirlo, de mi restaurante habitual). Conclusión: sea el
lector profano o, al contrario, cocinero
profesional, esta lectura es de alto interés. Y aquí hay imaginación, pero no
fantasía sobre pies de barro.
Creo que el tradicional maestro de Xavier es
injusto (o reacio, por no decir rencoroso; como tantos en tantas disciplinas) cuando
se refiere a "ese aprendiz de alquimista". Pero es interesante que éste y otros detalles entren en
escena: desdén, secretos del oficio, farsantes y falsificadores. Todo ello, más una
serie de sorprendentes revelaciones -alrededor de un fruto exótico y
revolucionario- son la sal (y el
vinagre) de un mundo en donde la alta gastronomía se ha confundido con una
industria febril, con programas televisivos que parecen maratones de muerte y
chefs convertidos en héroes. A la vez, se manejan otros ingredientes, y el
autor es tan generoso como su personaje: al final hay un glosario que incluye
el secreto para espesar sopas y la lista de integrantes de una verdadera
brigada de cocina. Una brigada de las buenas.
Un cadáver entre plato y plato
Tom Hillenbrand
Grijalbo
Traducción de Alberto Vitó i Godina
264 páginas
15,90 Euros
Un cadáver entre plato y plato
Tom Hillenbrand
Grijalbo
Traducción de Alberto Vitó i Godina
264 páginas
15,90 Euros
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